Las técnicas de riego se emplean en todo el mundo

El riego es una práctica crucial en la agricultura que consiste en la aplicación controlada de agua mediante sistemas artificiales para satisfacer las necesidades hídricas de los cultivos, especialmente en zonas donde las precipitaciones son insuficientes. Este método es esencial para mantener el suministro mundial de alimentos y satisfacer las necesidades de una población creciente.

En todo el mundo se emplean diversas técnicas de riego:

1. Riego con pivote central: Este método utiliza aspersores automatizados que giran alrededor de un punto de pivote central, distribuyendo el agua a los cultivos en forma circular. La tubería o barra de aspersión se sostiene por encima del cultivo mediante torres y se desplaza en trayectorias circulares fijas accionadas por medios neumáticos, mecánicos, hidráulicos o eléctricos. El agua se suministra uniformemente, con tamaños de boquilla que aumentan progresivamente desde el pivote hasta el final de la línea. La velocidad de desplazamiento del sistema determina la profundidad del agua aplicada, que suele cubrir unos 130 acres en un área circular.
2. Riego por goteo: Sistema de riego planificado en el que el agua se aplica directamente a la zona radicular de las plantas mediante aplicadores como orificios, emisores, tubos porosos o tuberías perforadas. Este método funciona a baja presión, y los aplicadores pueden colocarse sobre la superficie del suelo o por debajo de ella.
3. Riego por surcos: Este método consiste en la inundación superficial parcial mediante la aplicación de agua en surcos o hileras con capacidad suficiente para contener el sistema de riego. Se utiliza habitualmente en cultivos de laboreo limpio.
4. Riego por gravedad: El agua fluye y se distribuye por gravedad en este tipo de riego, sin necesidad de bombeo.
5. Riego por rotación: Los regantes reciben cantidades de agua asignadas a intervalos específicos en lugar de un flujo continuo.
6. Subirrigación: El agua se aplica por debajo de la superficie del suelo, ya sea elevando el nivel freático cerca de la zona radicular o utilizando sistemas de tuberías perforadas o porosas enterradas que descargan directamente en la zona radicular.

Para conservar el agua, incorporar polímero superabsorbente puede ser una estrategia inteligente.